“La presente crisis académica, social y presupuestal global es precisamente uno de los momentos en que la musicología y sus instituciones necesitan reinventarse. Sin embargo, esta reinvención no puede ceder ante los modelos utilitarios que pretenden definir a las humanidades desde fuera; debe ser una transformación que identifique y critique los modelos ideológicos que la musicología ha ayudado a reproducir.
Como musicólogos recibimos un entrenamiento que en muchos casos sigue privilegiando textos y valor estético. Aprendemos a analizar estructuras de organización sonora, a decodificar antiguas formas de escritura y notación, a rastrear pistas en bosquejos musicales y a encontrar patrones musicales estilísticos en un intento por entender el supuesto significado unívoco de la música. Este tipo de trabajo lo que hace es validar criterios estéticos y cánones musicales en lugar de cuestionar cómo estos son construidos y lo que significan para aquellos que luchan por mantenerlos o por deshacerse de ellos. Estas perspectivas privilegian el documento o el texto como recipientes de valor, ignorando las muchas formas sociales y culturales en que la música adquiere significado de manera dialógica. Este tipo de acercamiento no nos permite explorar los motivos por los cuales nos sentimos tan cercanos a la música y que, en mi opinión, son los que la hacen relevante como una entrada para entender prácticas culturales.”
Dr. Alejandro Madrid en el discurso inaugural del Premio de Musicología Casa de las Américas 2012, celebrado este mes en La Habana, Cuba.
La preocupación por la música que nos signifique ha sido un tema recurrente en este blog. El Dr. Madrid dice que, incluso, el contenido dentro de la música es de las cosas menos importantes, es sólo la significación que le damos (y no la que le han dado), la que permitirá a las músicas reinventarse y sacarla del hoyo al que nunca debió entrar (esto último, lo del hoyo mediático del monstruo asiático, el niño prodigio, y el violinista carita, es opinión mía y no de Madrid). Dejemos a un lado mi opinión y dejemos concluir al musicólogo:
“Una de las características más significativas de la música es que todos creamos conexiones muy personales y emocionales con ella; todos tenemos el derecho de reclamar como nuestra la música que nos mueve. De esa manera, la música tiene un papel muy poderoso en la construcción de circuitos y redes identitarias, en el desarrollo de sentidos de distinción y en la acumulación de capital cultural. Sin embargo, la musicología disciplinar no ofrece el marco para explorar lo que pasa cuando la música sucede. Solo un enfoque multidisciplinar nos permitirá escapar de las trampas disciplinares de la musicología para dejarnos formular otras preguntas.”
"El problema en estos tiempos no es el de restringir la música clásica a una sola audiencia. Al contrario, es una cuestión de hacer el asistir a un concierto una experiencia necesaria y consecuentemente una actividad social que es esencial para una comunidad en su conjunto. Esto no puede ser logrado popularizando la música clásica de una manera ingenua. Esto no puede ser logrado adaptando la música clásica a las necesidades de su audiencia. Esto no puede ser logrado tampoco limitando la música clásica a las expectativas de una élite.
Tal papel para la música clásica solo puede ser creado en la base de una nueva audiencia que tenga la intención de servir a todos esos miembros de una comunidad que vean a la música clásica como una posibilidad de renovarse ellos mismos."
Bob Shingleton cambiando teatro por música clásica en una cita de Peter Brook. Todo parece indicar que tenemos que ir a buscar la música, al igual que el teatro, la danza, y demás artes escénicas.
La perdida de público en la música clásica ha sido el pan de cada día de los últimos años; la mentalidad cerrada y elitista por parte de algunos de sus involucrados impiden el acceso a nuevos públicos.
El director artístico Jorge Ballina dio una cátedra de cómo acercar la música (y la ópera) al público de hoy, que es más visual que sonoro. En la ópera Muerte en Venecia del compositor inglés Benjamin Britten (1913-1977), que se presentó en el Palacio de Bellas Artes las 2 semanas pasadas, el manejo de la escenografía resalto y amplió los momentos dramáticos y estéticos de cada escena, lo que hacía que una proyección de Star Wars: Episodio I en 3D quedará muy por detrás.
Los músicos deberíamos de aprender de Ballina y empezar pensar de manera colectiva, para generar el diálogo entre escenógrafos, bailarines, coreógrafos, actores, compositores, cantantes, directores de orquesta y músicos; lo cual dará un respiro frente al fenómeno del monstruo chino, el niño virtuoso, o el director de orquesta carita, y regresará al público a dónde nunca debieron de haber salido: de las salas de concierto.
*El costo del boleto de un asiento Anfiteatro-B en Bellas Artes fue de $125. Peter Pears dio un recital en 1967 en Bellas Artes, el pianista acompañante era Benjamin Britten:
“(…). Hay que parar de vez en cuando las máquinas, sentarse a no hacer nada y desde ahí pensar, sin pantallas alrededor, qué hacemos con la vida y con la crisis. Hay que generar ese espacio de silencio, de disponibilidad frente a la existencia, que más pronto que tarde será llenado por una idea genial.”
Hace casi 100 años nació el que nos dijera que es hora de guardar silencio y prestar atención:
Hace 100 años también, nació el compositor que dejamos en el silencio y emprendió la idea genial de Henry Cowell de poner a sonar a la vez varias voces a diferentes velocidades (polifonía en estratos de tiempos distintos), que se concretizaron en sus estudios para pianola, todos gestados en su estudio del barrio de Las Águilas en la Ciudad de México:
*John Cage y Conlon Nancarrow se encontraron en México en 1974. Ambos representan a 2 grandes escuelas de la música mexicana de concierto: la de Mario Lavista y Julio Estrada respectivamente.
*Muchos alegan que Nancarrow no fue mexicano, pero éste murió con pasaporte mexicano, se le retiró la ciudadanía estadounidense y nunca más viajó a su país natal como ciudadano americano. Además de que Conlon sufrió esa soledad y abandono que Octavio Paz asignó al mexicano, sea nacido o adoptado.
*La cita del inició es del escritor español Jordi Soler, lea el artículo completo aquí. Más sobre Julio Estrada y Silvestre Revueltas aquí.
"Por supuesto, tenemos que protestar vigorosamente contra los recortes. Pero también tenemos que reconocer públicamente que la crisis económica es su causa subyacente. Y tenemos que reconocer que la música clásica se ha hecho un blanco fácil al ser muy elitista y tan dependiente de los subsidios públicos, al no poder ponerse en contacto con una audiencia joven, al ser muy mayor y llevar unos antecedentes pobres en igualdad de raza, género y preferencia sexual. Para ganar el apoyo público tenemos que mostrar cómo la música clásica puede contribuir hacia la reducción de gastos. Más importante aún, tenemos que mostrar cómo la música clásica va a poner su casa en orden y hacerse en el futuro un blanco más difícil."
Palabras del bloguero inglés Bob Shingleton, dichas ya hace tiempo, pero con una vigencia incómoda. En los últimos 100 años, ¿Cuántas mujeres compositoras han pasado por las salas mexicanas de conciertos, no relegadas a un día internacional de la mujer? ¿Ha pasado por nuestras salas algún compositor africano, palestino, turco o indígena?
La Orquesta de Cámara de Bellas Artes (OCBA), bajo la dirección de José Luis Castillo, lanzó hace algunas semanas el programa de su primera temporada 2012. En éste encontramos una serie de 9 conciertos que prometen una gran experiencia musical, en ellos encontrarán músicas de: Jacques Ibert, Claude Debussy, Maurice Ravel, Jean Sibelius, Antonio Vivaldi, Lars-Erik Larsson, Carl Philip Emannuel Bach, Johan Sebastian Bach, Lebrun, Mozart, José Pablo Moncayo, Paul Hindemith, Blas Galindo, Felix Mendelssohn, Henry Purcell, Edward Elgar, Frederick Delius, Arvo Pärt, Benjamin Britten, Federico II, Johhann Joaquim Quantz, Leos Janáček, Ottorino Respighi, Manuel Enríquez, Alfred Schnittke, Antonín Dvořák, Astor Piazzolla y Alberto Ginastera.
Sin duda hay 4 conciertos los cuales no me perdería, como el de Moncayo, Hindemith, Galindo, Mendelssohn; el homenaje a Benjamin Britten; el Enríquez, Schnittke, Dvořák; y el Concierto Aconcagua para bandoneón de Piazzolla.
Ya que soy fan de las estadísticas, la temporada contará con la presencia de 28 compositores diferentes: 3 franceses, 1 finlandés, 2 italianos, 1 sueco, 7 alemanes, 1 austriaco, 3 mexicanos, 4 ingleses, 1 estonio, 2 checos, 1 ruso y 2 argentinos.
Destaca, como siempre, la falta de interés de las instituciones del Estado por la música mexicana, aunque claro ya estaban avisados.
*Entre la OSN, la OFUNAM, la OFCM y la OCBA se realizarán 48 conciertos de febrero a junio, aunque las últimas 3 sólo anunciaron su temporada hasta marzo. En éstos se interpretarán músicas de solo 17 compositores mexicanos de un total de 88. Los compositores con más obras interpretadas serán J.S. Bach con 7, Beethoven con 6 y Mozart con 5; el compositor mexicano más interpretado será Silvestre Revueltas con 3 obras. La música de México representa el 20% de la música en México.
Hace algunas semanas murió el contrabajista y compositor Stefano Scodanibbio. Su música y su manera de tocar impresionaron a muchos, desde Leo Brouwer, Julio Estrada, Luciano Berio, John Cage hasta Iannis Xenakis. Scodanibbio presentó a lo largo de su obra y de su carrera una gran admiración por México y lo mexicano, como demuestran sus arreglos de canciones mexicanas para cuarteto de cuerdas, por lo que decidió permanecer sus últimos días en la ciudad de Cuernavaca, después de que se le diagnosticara esclerosis lateral amiotrófica.
Puede consultarse una muy buena semblanza a cargo del musicólogo Rubén López Cano aquí, yo me quedo con su música:
ACTA, SOPA, PIPA y la Ley Döring, están en la mira de todos los internautas últimamente. Google y Wikipedia han lanzado, cada uno, un comunicado en que señala que estas leyes atentan contra la libertad de los individuos disfrazándolas de combate a la piratería, a lo cual se han unido diversas compañías como Twitter, Facebook, Anonymous, AOL, Creative Commons Foundation, eBay, Electronic Frontier Foundation, Human Rights Watch, Internet Foundation, Kaspersky, Mozilla, Reporteros sin Fronteras y Yahoo!. Ciertamente estas medidas crean grandes restricciones a las webs 2.0, y avalarán la censura en caso de que se infrinjan los copyrights.
En México, tal cosa como el copyright no existe, las leyes mexicanas sólo protegen a los propietarios de los derechos de autor, y en el país el Senado de la República está tomando medidas para someter a la legislación mexicana leyes como SOPA (el Estado mexicano está circunscrito a ACTA y está promoviendo la aprobación de la Ley Döring, que al “parecer” no contempla la censura en la red).
Actualmente las Constitución mexicana permite que se distribuyan productos materiales e intelectuales con derechos de autor sin fines de lucro, mediante la cita de textos o uso de una parte de los productos siempre y cuando se diga le de crédito a los autores correspondientes; al igual que el derecho de cada mexicano de poseer una copia de 1 disco, libro, partitura, dvd para uso personal y con fines de estudio de cualquier material protegido por derechos de autor. (En este artículo se puede consultar una defensa a la Ley Döring que, según el senador que inicio la propuesta de Ley, respeta la Constitución vigente y no considera como piratería si no se lucra.)
Como ven esto difiere por mucho de las leyes de los países sajones que aplican el copyright que, a grandes rasgos, intenta poner una copia de cada producto en manos de cada individuo, propiciando un mayor beneficio económico para los dueños del copyright, que casi nunca pertenecen a los autores (artistas, compositores, escritores) de dichos materiales.
Los mayores defensores de la Ley SOPA son MPAA y RIAA, ésta última posee la mayoría de los derechos de copyright de la industria discográfica. Es relevante que ASCAP (The American Society of Composers, Authors and Publishers), integrada por compositores, arreglistas y casas editoras de música de defienden los derechos de interpretación de sus miembros, no se haya pronunciado ni a favor ni en contra de dicha ley. En México la empresa que se supone resguarda estos derechos es la SACM (Sociedad de Autores y Compositores de México) encargada de administrar los derechos de los autores y compositores de música. Ambas organizaciones cuentan con su división de música clásica.
Si creen que los músicos, tanto intérpretes como compositores, nos beneficiamos de la explotación de los derechos de autor por medio de un producto comercial como un disco, les aseguro que, al menos en México, esto no sucede y verán a continuación el porqué.
Las compañías discográficas que dominan la industria musical a nivel mundial son Warner Music Group, Sony Music Entertainment, y Universal Music Group. Estás 3 compañías ofrecen un modelo de negocios del 10% para los intérpretes y 90% para la comercialización del producto. El sello discográfico les da un adelanto por las ventas pronosticadas de los discos y el 10% de cada disco vendido. No se les paga un sueldo mensual, además de los costos de producción y de maquila son cubiertos por ese 10% que se les da a los artistas. Cuando no alcanzas a pagar tu adelanto con la venta de discos las discográficas te subarriendan; si surge un artista parecido a uno que ya contrataron a éste primero lo contratan y lo congelan para que no arruine el dinero que ya se invirtió en el último; y el contrato que firmas con ellos te impide trabajar por tu cuenta ya que los haces dueños de toda tu imagen.
Es cierto, comercializar un producto incluye enormes gastos de publicidad, promoción, viáticos, etc.; pero mucho de éste dinero se ha gastado en cosas que nada tienen que ver con la comercialización y la distribución del producto, como en estudios de grabación con vista al mar y sólo accesibles por medio de un helicóptero o en pagar la dichosa payola: el pago de una gran cantidad de dinero a ciertas radiodifusoras para que programen la misma canción a las misma hora en todas las señales de radio que manejan. Esto último es ilegal, no se entrega factura alguna por tal servicio y está penado por la Ley, además de que llegan a pagarse desde 800 mil hasta 5 millones de pesos por esto, pero como ya sabemos en este país prolifera la impunidad.
Si eres Lady Gaga te puedes hacer millonario con este modelo, pero ni la música clásica, ni otras músicas, pueden subsistir de la venta de discos con este modelo. Algunos creerán que existe la salvación de las disqueras independientes, con un modelo de 40-60 ó 50-50, pero la distribución de sus productos se da, en la mayoría de los casos, a través de las 3 anteriores.
También muchos músicos en el país autoproducen sus discos, pero éste modelo no produce ganancias como muchos lo desean, ni alcanza a mucha audiencia, ni se da a conocer al artista, ni crea algún impacto cultural en el país, ¿cuántos cuartos llenos de discos apilados tenemos que seguir contando? La clave está en que el precio del producto es muy elevado, tanto si te autoproduces como si firmas contrato con una discográfica.
El costo de maquila de 1000 discos es de 5 pesos por unidad, incluyendo el arte del disco. Generalmente se cobra 10 mil pesos por los mil discos, por lo cual ya estamos hablando de 2 veces más el costo del producto. Casi siempre este disco se vende al consumidor en 100 pesos, 20 veces más el costo del producto. Tal vez si se vendieran en 40 pesos, 4 veces más lo que se pagó por maquilarlos, el disco se vuelve más accesible y facilita su distribución. Las disqueras no pudieron competir con la piratería, la gente empezó comprando discos de 10 pesos y no de 200, y después los obtuvo de manera gratuita.
Los discos de música clásica, y de otras músicas no comerciales, sólo se pueden conseguir en muy pocos lugares de México, como las librerías El Sótano, Ghandi, El Péndulo, Nandala y en algunas Mixup, y esto si vives en la Ciudad de México. Si estás destinado a vivir en el resto de la República sólo puedes acceder a otras músicas a través del internet, ya se reproduciendo canciones, Youtube, bajando discos completos, o pidiéndolos en Amazon o iTunes, o en algún otro sitio.
En los espacios donde se encuentran las otras músicas poco nos llega a México. Aunque podamos encontrar discos de Naxos, Brilliant, Deutsche Grammophon, EMI Classic, Sony Classical, Decca, Alia-Vox, es raro cuando encontramos algo de Nonesuch, ECM, Hyperión, Glossa, Erato o Teldec. Al parecer no ha llegado la globalización a México y es la causa de la gran cantidad de búsquedas de contenidos a través de internet.
A menos de que ganes algún premio o seas el Cuarteto Latinoamericano (Brilliant, los discos que lanzó el sello de las grabaciones de Dorian están fuera de catálogo), Alondra de la Parra (Sony Classical) o Rolando Villazón (Deutsche Grammophon), los músicos mexicanos no graban con dichas disqueras, tenemos que esperar una beca del FONCA (Fondo Nacional para la Cultura y las Artes) para que Tempus, Quindecim o Urtext graben o distribuyan un disco. Esta es una de las razones de por qué la música clásica mexicana contemporánea no tiene tanta difusión ni siquiera en nuestro país, ya que prácticamente no existimos.
De los sellos arriba mencionados muchos pertenecen a las 3 grandes compañías discográficas. Deutsche Gramophon, Decca y EMI pertenecen a Universal; Erato, Lontano y Teldec a Warner; sólo nos queda Naxos, Brilliant, ECM, Nonesuch, Hyperión, Glossa y Alia-Vox, cuyos discos llegan muy tarde o nunca llegan a nuestro país. Las 3 grandes disqueras controlan el mercado de distribución, como lo hice ver arriba, pero hasta hace poco, el modelo de distribución que éstas profesan se ha ido debilitando.
Naxos, por ejemplo, ofrece discos a 90 pesos, con excelente músicos y compositores. Alia-Vox vende sus libro-discos desde 250 a 500 pesos, pero el material extra, las imágenes, las notas al disco que compiten con un estudio musicológico y la selección de los temas con hilos conductores más que interesantes, hacen que sean de los más buscados y vendidos en el mundo de la música y no sólo en el mundillo de la música de concierto. También existen distribuidoras digitales que en los últimos meses han dominado el ámbito musical, como el caso de iCloud, Amazon, lastfm, Grooveshark, Spootify, Naxos Music Library, que de manera gratuita o con una renta anual relativamente baja ofrecen catálogos enteros a los suscriptores.
Pero todavía tenemos que hacer más. Tenemos que revertir la ecuación: un disco debe ser un gancho para ir a las presentaciones en vivo de los músicos, y no la presentación un pretexto para adquirir su disco. La única manera de apoyar realmente a los músicos es ir y pagar para escucharlos en una sala de conciertos (o en cualquier otro espacio alternativo). El disco no es el instrumento ideal para una experiencia real de las músicas, es sólo una idea de ello. En un disco no puedo escuchar el ataque ríspido de un clavecín o la profundidad de un chelo, cierra las vías de comunicación que se dan en un concierto cómo la visual y la corporal.
Lo sé, los registros sonoros ponen al alcance músicas de lugares recónditos, tanto temporales como físicos, además de ser un buen elemento para la investigación. Pero si la distribución está a manos de 3 compañías que impiden su difusión por medio de vías alternas de las cuales no salen beneficiados económicamente, como el internet, y prefieren vender la idea de la música en vez de acercarte a una experiencia más viva de ésta, entonces, tenemos que buscar otros espacios de divulgación de lo sonoro, así como exigir educación musical, y sobre todo apreciación musical, en las escuelas para devolver a las audiencias a las salas de concierto, a las arenas de rock, al fandango y al salón México, para así darle al público experiencias reales de las músicas y no una idea de éstas.
Dejemos de defender a los consorcios de disqueras que sólo están logrando que la música se limite a lo comercial, o en el ámbito clásico al niño prodigio, al aniversario del músico, al director que se cree dictador, al monstruo asiático, y todo aquello que propicia el fenómeno del intérprete (otra vez una idea de lo que nos hacen creer que tiene que ser un intérprete) y no a las músicas.
Por eso estoy en contra de SOPA, ACTA, PIPA y otras leyes que propician el modelo de espectáculo en ámbitos dónde no corresponden, cómo la música antigua, la música tradicional, el blues, el jazz y limitan la diversidad, legitimando la música y no a las músicas.
Además, ¿porqué dejamos que una Ley aprobada en Estados Unidos afecte la manera de usar el internet en México? Tenemos que exigir y hostear nuestras páginas en servidores mexicanos.Yo por mientras me quedo con este monstruo:
*Tempus, Quindecim y Urtext hacen el gran esfuerzo de poner al alcance música mexicana, como el disco 5, que compre en la librería Nandala del centro de Coyoacán en $30,interpretado por el Onix Ensamble con músicas de Armando Luna, Jorge Torres Sáenz, Iganacio Baca Lobera, Luis Jaime Cortéz y Herbert Vázquez, pero aún así es insuficiente.
*Hace unas horas el FBI acaba de cerrar Megaupload y arrestó a varios de sus trabajadores.
*Para ver algunos de los conciertos a los que puede asistir en este comienzo del año en la Ciudad de México aquí y aquí.
Hace algunos días la Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM), que toca en el auditorio Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli, anunció su temporada para las fechas de enero a abril. Los encargados de la orquesta y su director huésped principal, José Areán, prometen una muy buena temporada, al menos en el papel.
En ésta no hay nada de Mozart, ni ninguna sinfonía de Brahms, ni Bolero, ni Sones de Mariachi, ni Estrellita. Los programas ofrecen músicas poco interpretadas de autores conocidos, como la Obertura Leonora No. 3 de Beethoven, y la Sinfonía No. 2 de Schumann, así como el Doble concierto para violín y violonchelo de Brahms que estará a cargo de Arón Bitrán y Álvaro Bitrán, el Poema de Neruda de Blas Galindo y el Poema elegiaco de Manuel M. Ponce.
Además la temporada propone conciertos interesantes como el de Galindo, Poulenc y Prokófiev; Sibelius (Concierto para violín a cargo de Philippe Quint) y Schoenberg; Nielsen, Ritter (Concierto para fagot y orquesta) y Schumann; Fauré y Zemlinsky; el del Día internacional de la mujer con obras de Georgina Derbez, Ana Lara, Marcela Rodríguez, Hilda Paredes y Gabriela Ortiz; Ponce, Ravel, Chabrier, Debussy; y termina con uno de mis favoritos La Ascensión de Olivier Messiaen y el Requiem de Fauré.
Para los que les gustan los números la temporada (sin contar el primer programa que es una gala de cantantes), ofrece 33 compositores diferentes, y repiten en programas diferentes Debussy, Beethoven y Fauré; 1 brasileño, 6 franceses, 1 español, 3 rusos, 1 rumano, 6 vieneses, 2 finlandeses, 5 irlandeses, y, aunque incluye a 8 compositores mexicanos es una lástima que ninguno repita.
*Febrero pronostica un buen comienzo para la ópera en México. El Taller de Ópera de Cámara de la ENM presentará, en la sala Miguel Covarrubias del CCU de la UNAM, dos óperas de Federico Ibarra El pequeño príncipe y Leoncio y Lena; además en el Palacio de Bellas Artes se presentará El mercader de Venecia de Benjamin Britten.
En contra de la Ley SOPA: una solución para México es que no se apruebe en el Congreso de los Estados Unidos; la otra es que los mexicanos empecemos a exigir y hostear nuestras webs en servidores mexicanos.
Hoy murió uno de los grandes. No estoy autorizado para dar alguna infografía sobre Gustav Leonhardt, gran músico holandés, que en México encontró a una de sus mejores alumnas, (Luisa Durón, maestra de muchos en la Escuela Nacional de Música y que ha sido una pieza fundamental en el movimiento de la música antigua en el país), lo único que me queda es escuchar completo alguno de sus discos:
En contra de la Ley SOPA: una solución para México es que no se apruebe en el Congreso de los Estados Unidos; la otra es que los mexicanos empecemos a exigir y hostear nuestras webs en servidores mexicanos.
“(…) Ah, y no se diga de nuestro querido Juan Rulfo, que se amanecía hasta las cuatro de la mañana escuchando a Frescobaldi, Orlando de Lassus, Palestrina, Charpentier, Gabrielli, Gesualdo, Perotinus.
Una vez Jorge Brash se lo encontró en la librería El Ágora, y Rulfo le preguntó:
-¿Y usted que discos compró, si se puede saber?
-Éstos- le dijo Brash y le mostró unos de Frescobaldi y Palestrina.
-¿Y ya conoce a Heinrich Schütz?
Rulfo se refería al compositor alemán que vivió entre 1585 y 1672 y que alcanzó la fama gracias a sus Canticos sacrae y la Symphoniae sacrae.”
Federico Campbell, “Escritores melómanos”, pauta (Luigi Amara ed.), México: Conaculta-INBA, no. 117 enero-marzo de 2011, pp. 96-97.
Siempre sorprenderá encontrar tantas referencias sonoras en la prosa de Juan Rulfo (El llano en llamas, Pedro Páramo, El gallo de oro), pero más fascinantes aún resultan sus gustos musicales que son un testimonio inequívoco de la relación entre la palabra y el sonido en Rulfo.
Es asombroso que el autor jalisciense se decante por músicos que dominaron la polifonía desde la Escuela de Notre Dame hasta la polifonía de la contrarreforma, al igual que músicos renacentistas y del barroco temprano, en un tiempo que el boom por la música antigua apenas estaba en pañales, por lo menos de este lado del atlántico, y el boom latinoamericano estaba más que asimilado del otro lado del atlántico.
En días recientes se anunció en La Jornada, Reforma y la sala de prensa del CNCA, que el compositor irlandés Stephen McNeff y el director de escena Frederic Wake-Walker de la compañía The Opera Group del King’s College de Londres, planean una puesta en escena de una ópera de cámara basada en Pedro Páramo de Rulfo.
Aunque las tres fuentes no se ponen de acuerdo en casi nada, como la fecha de culminación del proyecto, lo que resulta alarmante es que ninguna, con excepción de La Jornada, toma como antecedente la ópera Murmullos del páramo, del compositor mexicano Julio Estrada estrenada en 2006 en su versión escénica, y dan por hecho que el compositor irlandés es el primero en realizar música sobre la obra de Rulfo, y no dan cuenta del poco (pero existente) trabajo musical en torno a la obra de éste último.
Con un presupuesto limitado de 500 mil libras esterlinas (10 millones de pesos aprox.) McNeff se sorprende del “poco trabajo musical entorno a la novela de Rulfo”, dejando de lado la ópera de Estrada, lo que nos lleva a preguntarnos: ¿Cuál es el presupuesto anual que se asigna al montaje de ópera por parte de las instituciones gubernamentales? ¿Por qué esperamos a que un extranjero venga a validar nuestra cultura para empezar a apreciarla y tomarla en cuenta?
Al parecer no todas son malas noticias y, esperando que se concrete el proyecto de McNeff, la nueva ópera de cámara será una co-producción entre la fundación Juan Rulfo y la Royal Opera House de Londres, sin financiación de ninguna institución gubernamental mexicana, lo cual permite la descentralización (INBA-UNAM) de la escena musical en México. La obra se presentará en inglés en el Reino Unido y en español en México.
Más sobre El sonido en Rulfo en el libro: Estrada, Julio, El sonido en Rulfo: el ruido ese, México: UNAM-IIE, 2008; más sobre música y músicos mexicanos aquí; más sobre literatura y música aquí.
La revista pauta la compre en $35 en la librería Educal de Mazatlán, Sin. Mi acercamiento a la ópera de Julio Estrada fue a través de la presentación del libro El sonido en Rulfo: el ruido ese en la Escuela Nacional de Música el 29 de abril del 2010.
En contra de la Ley SOPA: una solución para México es que no se apruebe en el Congreso de los Estados Unidos; la otra es que los mexicanos empecemos a exigir y hostear nuestras webs en servidores mexicanos.
Parece que ya les llamaron la atención y, al menos en la primera parte del año, ni “hacerse cargo de una parte importante de los derechos de autor (…) ni facilitar la presencia de los compositores vivos en las sedes en las que su música sea programada, no sólo para que asistan como mudos testigos de las ejecuciones, sino para que entablen un diálogo productivo con los directores, los músicos y el público”, hace que dos de las principales orquestas mexicanas toquen nuestra música.
Dejemos de programar el ciclo completo de las sinfonías de Shostakóvich y programemos el ciclo completo de las sinfonías de Candelario Huizar:
En contra de la Ley SOPA: una solución para México es que no se apruebe en el Congreso de los Estados Unidos; la otra es que los mexicanos empecemos a exigir y hostear nuestras webs en servidores mexicanos.
Hace unas semanas Alex Ross, crítico musical de la revista New Yorker, publicó, en el blog Culture Desk de la misma publicación, el siguiente artículo, el cuál traduje en parte al español y lo pueden leer también en su versión original en inglés: Outside the Machine: The Best Classical Performances of 2011 (Fuera de la máquina:Los mejores eventos de música clásica del 2011).
“Si los estereotipos populares sobre la música clásica fuesen ciertos, el género no hubiese adquirido ninguna relevancia social o política en 2011, uno de los años más oscuros y eufóricos en la historia reciente de Estados Unidos. La música clásica es, según nos dicen, el parque de diversiones del 1%, la provincia de los millonarios. Cuando los conciertos son representados en las películas, vemos a las élites en traje de noche contemplando arrogantemente a través de unos anteojos arcaicos a los entrometidos que no se saben comportar. Cualquiera que haya asistido a un concierto de música clásica durante los últimos 50 años sabe que tales escenas son en gran parte fantasiosas. Sí, los asientos más costosos en la Ópera Metropolitana cuestan cientos de dólares, pero el boleto más caro para un concierto de artista pop de las ligas mayores y los eventos deportivos cuestan muchísimo más, y el dinero en juego tras bambalinas de dichos espectáculos de mercado masivo hace que la economía de la música clásica se vea insignificante. Bon Jovi ha vendido a sus fans más afluentes paquetes V.I.P. que cuestan el exceso de 1800 dólares. El patrimonio neto de Jay-Z, quien es dueño de un porcentaje del los Nets de Nueva Jersey en el consorcio del billonario ruso Mikhail Prokhorov, es considerablemente más grande que el presupuesto anual del Met.
No se puede negar que la música clásica habitualmente sirve como un ornamento para la extrema riqueza, incluso si esos que están ocupando los asientos baratos habitan en un mundo completamente diferente. El bloguero inglés Bob Shingleton ha estado examinando recientemente las fuentes de financiamiento de las principales instituciones de la música clásica, y ha elaborado una lista de nombres que se asemeja a un registro de delincuentes de malversación financiera internacional. Sin embargo, si vemos atrás en el año en la música, me impresiono por la cantidad de eventos memorables a los que asistí – o, en el caso del gesto anti-Berlusconiano de Ricardo Mutti en una representación de Verdi en Roma, experimentada a distancia – me llevaron a una actitud reflexiva. La sinfonía para percusión “Inuksuit” de John Luther Adams, que hizo un ruido glorioso en la Park Avenue Armory, es el trabajo de un compositor y activista alaskeño quien desde hace mucho hizo una campaña en contra del saqueo de su estado natal. El “War Requiem (Requiem de Guerra)” de Britten, el eje del festival White Light de este año en el Lincoln Center, es, desde la primera hasta la última nota, una denuncia apasionada de la moderna maquinaria de guerra. Spring for Music auspicia a orquestas con poco presupuesto y pone un precio máximo por boleto de 25 dólares. El New World Center de Miami tiene boletos tan bajos como $2.50, con transmisiones al aire libre tecnológicamente sorprendentes gratuitos para todo público.
Muy destacable, “Satyagraha” de Phlip Glass, una monumental ópera minimalista que evoca la campaña de desobediencia civil de Gandhi en Sudáfrica, tuvo una readaptación petrificante, aun cuando Ocupa Wall Street se asentó en el centro. Las contradicciones aparentemente inherente en la presentación de una ópera sobre Gandhi en el Lincoln Center llevó a los activistas a organizar una protesta después de la última presentación, con Glass presente; la fuerza teatral de la acción sólo aumentó la misteriosa aura de la obra. Yo estaba exaltado por esta confluencia constructiva de música y política, y sin embargo me pregunté si los manifestantes habían seleccionado muy predeciblemente – y en pequeña cantidad – un objetivo. Las estrellas del pop y sus consorcios corporativos son las verdaderas élites de la esfera cultural, segando enormes recompensas de un sistema en el que el ganador se lo lleva todo. Yo estoy con Seth Colter Walls, quien, en un comentario positivo en general sobre la acción de “Satyagraha”, escribió, “Esta ficción persistente del ‘elitismo,’ y la supuesta inaccesibilidad de la música contemporánea, es una de las más fuertes herramientas propagandísticas alguna vez ideadas por los titanes de cultura pop corporativa. Ellos preferirían que usted no compare el costo de un asiento Family Circle para ‘Satyagraha’ junto a una proyección en 3D de ‘Transformers 3.’”
Yo estuve encantado todo el año por un enunciado que leí en “The Waves (Las Olas)” de Virginia Woolf: “Uno no puede vivir fuera de la máquina por a lo mejor media hora.” Estos días usted no puede vivir fuera de la máquina por más de un minuto. Contradicciones invaden cada pulgada cuadrada en nuestro espacio físico y mental; aunque las creaciones aparentemente puras están de alguna manera viciadas por las desigualdades radicales de la sociedad de principios del siglo veintiuno. El trabajo artístico más poderoso, sin embargo, no concilia tales contradicciones; al contrario, nos hace agonizantemente conscientes de ellas. A través de los siglos, la música clásica ha estado aliada con la riqueza y el poder, y también ha causado problemas para la riqueza y el poder. Su presente posición marginal le da, por lo menos en teoría, una distancia fundamental del materialismo excesivo de la cultura pop – la despiadada ecuación del valor monetario y estético. Reveladoramente, la música clásica en los Estados Unidos alcanzó su máxima popularidad en los 1930’s y 40’s, cuando el país estuvo más cerca de rechazar la fe capitalista que en cualquier otro momento en su historia. Una medida del espíritu creciente de la época era que millones en todo el país podían sintonizar la radio de la NBC y escuchar las sinfonías de Beethoven. ¿Están los dj’s poniendo Beethoven en los salones V.IP. de la segunda Edad Dorada? No que yo sepa.”
Incluí todos los vínculos a otras direcciones de para que el lector pueda leerlos en el idioma original. El video del principio también es posteado por Ross en su artículo original. Al final del artículo el columnista nos presenta una lista de los eventos musicales del año 2011 que de alguna u otra manera lo marcaron; a continuación expongo una lista de los eventos que no conciliaron esas contradicciones en la Ciudad de México:
Abril: Domingo 3, Alex Klein toca el Concierto para oboe y orquesta de Marco Aurelio Yano con la OSN.
Mayo: Miércoles 18, La mulata de Córdoba de José Pablo Moncayo en el Centro Cultural José Martí. Domingo 22, Vladimir Ibarra estrena Trois graphiques pour guitare et orchestre de Maurice Ohana con la Orquesta Sinfónica de la ENM. Sábado 28, “Herrera de la Fuente. Retrospectiva de un creador” por la OFCM.
Junio: FIMNME 33. Viernes 10, Chants de la terre et de ciel de Olivier Messiaen; Sábado 11, el Cuarteto Latinoamericano toca la integral de los cuartetos de cuerda de Manuel Enríquez. Domingo 12, Lidia Guerberof interpreta el Concierto del Albaycin de Xavier Montsalvatge con la OSCC.
Julio: Temporada todo Mahler (que empezó el año pasado) de la OSM.
Agosto: Sábado 13, Estreno en México de la ópera The turn of the screw (Otra vuelta de tuerca) de Benjamin Britten.
Septiembre: Domingo 4, Concierto-fantasía para dos timbalistas de Philip Glass por la OSN. Sábado 10, músicas de Moncayo, Ponce, Revueltas, Angulo y Zyman por la OFUNAM. Sábado 24, Rodrigo Macías dirige la OFUNAM con músicas del centenario de la Universidad: Angulo, Ortiz e Ibarra. Festival de música electrónica y experimental Radar UNAM.
Octubre: Sábado 29, Juan Carlos Lomónaco dirige Adagio religioso (a la memoria de Eugenio Toussaint) de Lavista, Concierto para violín de Bloch y la Sinfonía no. 3 de Saint-Saëns con la OFUNAM.
Noviembre: Sábado 5, Ofrenda a Toussaint a cargo de la OFCM. Sábado 12, Ofrenda a Catán por la OFCM. Sábado 26, Homenaje a Posada de Armando Luna y el Concierto rapsodia para viola de Bohuslav Martinu por la OFUNAM. Domingo 27, la OFCM interpreta la Sinfonía no. 7, Ángel de luz de Einojuhani Rautavaara.
En contra de la Ley SOPA: una solución para México es que no se apruebe en el Congreso de los Estados Unidos; la otra es que los mexicanos empecemos a exigir y hostear nuestras webs en servidores mexicanos.
“en la investigación que realizo con el título Mexico and American Abstraction, ubico, utilizando los insights de Herner, el lugar que tuvo el impacto de Siqueiros sobre la vanguardia artística de Estados Unidos, en un cuestionamiento que reta los supuestos predominantes –fundamentalmente eurocéntricos–, sobre los orígenes del expresionismo abstracto. Considero que la experiencia mexicana es de una centralidad axiomática para dar cuenta de la vanguardia artística en Estados Unidos.”
Jackson Pollock, junto a Willem de Kooning y Philip Guston, se asocian musicalmente a la otra escuela de Nueva York: John Cage, Morton Feldman, Christian Wolff y Earl Brown; Siqueiros, junto a Diego Rivera, José Clemente Orozco y Rufino Tamayo, tienen un parentesco con la vertiente nacionalista post-revolucionaria en México: Carlos Chávez, Silvestre Revueltas, José Pablo Moncayo, Luis Sandi, Candelario Huizar y Manuel M. Ponce, entre muchos otros.
Existe un nexo invisible entre estas dos vertientes que se manifestó en compositores como Conlown Nancarrow, Mario Lavista, Julio Estrada, Manuel Enríquez, Herbert Vázquez, Enrico Chapela, Armando Luna y Juan Trigos. Este último que creó el folklore abstracto:
En días pasados la recientemente formada Camerata de la OSSLA anunció una serie de conciertos dominicales que se presentarán en el Teatro Ángela Peralta y la Casa Museo Antonio Haas de la ciudad de Mazatlán, lo cuáles se llevarán a cabo durante las próximas 4 semanas.
Aunque con una cartelera poco atractiva la presente serie intenta “crear un nuevo atractivo turístico para Mazatlán y hacer música de calidad periódicamente para consolidar públicos.” Parece que los encargados del proyecto, como siempre, pretenden que los músicos toquen sin una paga asegurada: “Los músicos vienen en su día de descanso y no tienen la certeza de un sueldo pues percibirán su pago en función de la taquilla.”
Sí, lo sé, no sólo de pan vive el hombre, pero el músico no come del aplauso, además no conozco a ningún ingeniero, matemático, comerciante, empresario, o médico que regale sus servicios. ¿Cuándo perdona el municipio o hace borrón y cuenta nueva en el pago del predial? Los músicos trabajan en la Orquesta Sinfónica de Sinaloa, tienen que cumplir con una serie de ensayos y conciertos para asegurar su sueldo. Se puede objetar que realizan esta labor por servicio social, el problema es que no existen mecanismos que vinculan a la población con este tipo de proyectos, y una prueba es que los conciertos se realizarán en el Teatro Ángela Peralta, donde no existen campañas de promoción y cuyas administraciones han sido incapaces de crear impacto cultural, ni una iniciativa de traer jóvenes en peligro de riesgo a presenciar a los músicos.
No dudo la calidad de los músicos que integran este proyecto, pero en vez de apoyar a artistas locales tomándolos en cuenta para integrarse a la Camerata y garantizarles un sueldo, se pretende huesear a la OSSLA. Otra vez los mismos músicos, tocando la misma música en el mismo lugar.
Pero aún hay más, lo más enigmático de éste con cierto es, desviándome un poco, el concierto de Branderburgo que se seleccionará (seguro será el 3ro de los 6 conciertos compuestos por J.S. Bach); y más enigmático aún es que en un artículo del periódico Noroeste menciona: “[ los] conciertos van a ser una realidad gracias al apoyo de la Asociación del Centro Histórico, la Secretaría de Turismo, la colonia estadounidense de Mazatlán, el Instituto Sinaloense de Cultura y el Instituto de Cultura de Mazatlán.” ¿Qué no los músicos iban por la taquilla? ¿Si lo anterior es cierto, en qué apoya cada organización para la realización de estos eventos? Como siempre el músico siempre es el menos importante.
De todas maneras hay que ir al Teatro, ya que casi nunca se ofrecen este tipo de conciertos en el puerto, y exigir músicas diversas, no sólo un periodo tan corto de la música clásica, que no nos quieran dar atole con el dedo.
En contra de la Ley SOPA: una solución para México es que no se apruebe en el Congreso de los Estados Unidos; la otra es que los mexicanos empecemos a exigir y hostear nuestras webs en servidores mexicanos.
Hoy me enteré que como músico estaré destinado a vivir en la pobreza. Por lo menos el siguiente video me explica que es lo que pasa (no encontré una versión con subtítulos en español):
¿Hasta cuándo las Universidades revisarán sus planes de estudio para enseñarnos que existe otra alternativa y más de 1 respuesta? ¿Cuándo estudiaré durante mi carrera el repertorio que me gusta y con el que me siento identificado? ¿Por qué nos hacen pensar que lo artístico sólo se limita al entretenimiento, y éste en caso de que tengamos tiempo y dinero?
Al menos, hoy también me enteré que no solo de pan vive el hombre:
En contra de la Ley SOPA: una solución para México es que no se apruebe en el Congreso de los Estados Unidos; la otra es que los mexicanos empecemos a exigir y hostear nuestra web en servidores mexicanos.